En el otoño del año 1982, don Sebastián Montalvo y Romeral, conde de Utrera, dueño de una ganadería de reses bravas, aparece muerto en su despacho de un tiro en la sien. De esta muerte, y del robo de varios objetos de valor, es declarado culpable y condenado a más de veinte años de prisión Antonio Heredia, amigo personal del conde y mayoral de su casa, una condena que cumplirá en las cárceles malagueñas de Cruz del Humilladero y Alhaurín de la Torre.
A comienzos del año 2009, y debido a la gran crisis económica mundial, son muchos quienes tienen que desprenderse de piezas de valor para poder seguir manteniendo su nivel de vida. Ningún sitio mejor para hacerlo que Gibraltar, lugar en el que la mafia, la corrupción, la creación de sociedades opacas registradas para eludir la fiscalidad o blanquear dinero, o el turismo de “negocios” de quienes defraudan en su país de origen, les ofrece la oportunidad de actuar con total impunidad. A esta ciudad, y a Marbella, llegan dos personas con el propósito de vender alguno de los objetos por los que el mayoral había sido declarado culpable de robo.
Siguiendo el rastro de los vendedores, se descubrirá por qué Antonio Heredia pagó por algo que no había cometido y se conocerán también las causas por las que, a pesar de ser inocente, prefirió guardar silencio antes que defenderse.
A las novelas de esta autora se les puede adaptar la respuesta de Alejandro Dumas a Eugenia de Montijo , “la historia es el clavo del que cuelga el cuadro“ ya que no hay inconveniente en conocer de antemano “la historia” que se va a contar. La propuesta de Mª Luisa Prada va por otros derroteros y por ellos llega perfectamente a sus lectores incondicionales y numerosos .
La prosa de Mª Luisa Prada no tiene estridencias. Las tragedias y las pasiones quedan escondidas y suavizadas bajo la neblina de un lenguaje llano y popular, conocido y asequible. Es un tipo de escritura que aprovecha soluciones previstas de antemano, y que consigue proporcionar al lector la alegría del reconocimiento de lo ya conocido, tal como lo describe Umberto Eco al referirse a la “novela popular” (*) . A lo largo de la novela se desarrolla un juego de interacciones continuas, encuentros y desencuentros que no buscan otra cosa que dar al lector el placer de volver a lo ya esperado.
Mª Luisa Prada intenta de algún modo representar la intriga en estado puro, sin prejuicios y libre de tensiones problemáticas. No siempre lo consigue. Las dos partes en las que se divide la novela logran configurar un “pacto de verosimilitud” con los lectores al situar la acción en escenarios y marcos temporales muy conocidos, años 1982 y 2009.
En general puede decirse que la novela de Mª Luisa cumple con los requisitos del género. Aunque no acaba de tener un ritmo narrativo regular tiene la capacidad de sorprender al lector con nuevas subtramas y laberintos a lo largo de la obra. Es una novela, como todas las que conozco de esta autora, donde hay una atmósfera particular, de trazo fino y con apariencia sencilla y sin complicaciones. Sin embargo es solo una apariencia. La obra se estructura con la voluntad demoledora de una “narradora omnisciente” , todo tiene una ley, nada sucede por casualidad y todo acaba como se quería que acabara. La mejor prueba de esto está en la frase final de la novela :
La vida, efectivamente, había puesto como siempre, las cosas en su sitio.
Enlaces :
Web de Mª Luisa Prada
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